Reflection

Extrayendo Derechos Humanos: Una reflexión de la red Justicia en Minería por el Día Internacional de los Derechos Humanos

Abstract

Esta es una de las demandas que reivindicamos desde la red Justicia en Minería, que agrupa a los centros sociales y las ONG jesuitas que trabajan por la justicia socioambiental en contextos afectados por la minería. El abandono de un modelo de desarrollo económico basado en el consumo de combustibles fósiles es una obligación moral y es urgente promover las energías renovables y modos de vida más sostenibles y respetuosos con el medioambiente.

En el año 2023, mientras conmemoramos el Día Internacional de los Derechos Humanos, nos encontramos frente a desafíos que amenazan la integridad y dignidad de las personas en todo el mundo. Las imágenes de muerte y destrucción que nos llegan de Ucrania y de la franja de Gaza; la desesperación de los miles de migrantes y refugiados que se ven obligados a abandonar su hogar huyendo de la violencia para terminar ahogándose en el Mediterrano o en el Río Grande, son la expresión más trágica y evidente de que no podemos dar por sentados los logros que representa la Declaración Internacional de los Derechos Humanos aprobada en 1948, hace ya setenta y cinco años.

El mundo ha cambiado mucho desde entonces. Desde hace un tiempo asistimos a un aumento en la complejidad de las cuestiones relacionadas con los derechos humanos, destacando la necesidad apremiante de abordar problemas globales que van más allá de las fronteras nacionales. La mayor de las amenazas es sin duda el avance del cambio climático que pone en riesgo la vida del conjunto de la humanidad tal y como la conocemos hoy. Pero incluso las soluciones que andamos buscando a la crisis climática tienen que hacerse desde el respeto a esos mismos derechos.

Esta es una de las demandas que reivindicamos desde la red Justicia en Minería, que agrupa a los centros sociales y las ONG jesuitas que trabajan por la justicia socioambiental en contextos afectados por la minería. El abandono de un modelo de desarrollo económico basado en el consumo de combustibles fósiles es una obligación moral y es urgente promover las energías renovables y modos de vida más sostenibles y respetuosos con el medioambiente.

La necesidad de producir tecnologías bajas en emisiones de gases de efecto invernadero como paneles solares, aerogeneradores o baterías eléctricas, sin embargo, va a disparar la demanda de los “minerales de transición” como el aluminio, el cobre, el litio, el níquel y las tierras raras. De modo que uno de estos desafíos cruciales es la intersección entre los derechos humanos y el extractivismo minero, una actividad que, a pesar de su contribución a la economía global, plantea riesgos significativos para comunidades locales y el medio ambiente.

Uno de los riesgos más evidentes es la degradación ambiental asociada con el extractivismo minero. La explotación desenfrenada de recursos minerales a menudo conduce a la contaminación del agua, la destrucción de ecosistemas y la pérdida de biodiversidad, comprometiendo así el derecho a un medio ambiente limpio, sano y saludable que fue recientemente reconocido como un derecho humano por la Asamblea General de las Naciones Unidas.

Otro riesgo crítico que enfrentamos es el impacto desproporcionado del extractivismo minero en las comunidades indígenas. Con frecuencia, estas comunidades se encuentran en la línea del frente de las operaciones mineras, viendo amenazados sus derechos a la tierra, la autodeterminación y la preservación de su identidad cultural. En el Día Internacional de los Derechos Humanos de 2023, es imperativo destacar la importancia de abordar estas inequidades estructurales y garantizar que se respete el derecho a la consulta de las comunidades indígenas en las decisiones que afectan a sus vidas y territorios, respetando también su derecho a decir no.

Además, la responsabilidad corporativa se presenta como un riesgo clave que afecta la protección de los derechos humanos en el contexto del extractivismo minero. Empresas multinacionales, en su búsqueda de beneficios, a veces operan sin tener en cuenta las consecuencias sociales y ambientales de sus acciones. Este riesgo subraya la necesidad apremiante de establecer legislaciones vinculantes y estándares más estrictos de transparencia y rendición de cuentas para garantizar que las empresas respeten los derechos humanos en todas las etapas de sus operaciones.

No podemos terminar este artículo sin recordar a los defensores y las defensoras que este año han perdido la vida este año por proteger los derechos humanos y el medioambiente, y van casi dos mil personas en la última década. En este contexto de riesgos crecientes, el Día Internacional de los Derechos Humanos se convierte en una oportunidad para reflexionar sobre cómo abordar de manera efectiva estos desafíos. El grito de los pobres y el grito de la tierra no pueden esperar.

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Publicado por SJES ROME - Coordinador de Comunicaciones in SJES-ROME
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